sábado, 17 de octubre de 2009

ANTECEDENTES DE LA EDUCACIÓN ESPECIAL EN MÉXICO



Segunda entrega


Incremento de la matrícula de estudiantes de la Escuela Normal de Especialización e innovación curricular

La reorganización y ampliación del sistema de educación especial, emprendida por la sep en los años 60, favoreció el incremento de la demanda de ingreso en la ene, de tal forma que en cuatro años triplicó su matrícula de inscripción. Tal incremento hizo necesario que en la institución se realizaran modificaciones académicas, técnicas y administrativas.

Un aspecto sustancial de esta reorganización fue la reforma a los planes de estudio, así que se integró una comisión encargada de implementarla. Los principales cambios fueron: apertura de dos modalidades en la inscripción y en los perfiles de ingreso y egreso. El aspirante podía optar por ser estudiante regular o especial.

Para inscribirse como regular debía tener título de maestro normalista, de educadora u otro equivalente; además, dos años de ejercicio profesional en educación regular o estar en servicio y pasar los exámenes de admisión.

Para inscribirse como estudiante especial, sólo debía acreditar el bachillerato o una carrera profesional de nivel medio, la diferencia estribaba en que, al egresar, no podía optar por estudios de maestría.

Las principales innovaciones curriculares en este periodo fueron: la inclusión de un año común para todas las especialidades, mismo que se consideraba propedéutico, y la apertura de los cursos intensivos impartidos durante el verano –los meses de julio y agosto–, dirigidos a maestros de todas las entidades del país. Esta modalidad de cursos permitió que un número considerable de maestros de los estados se especializara y posteriormente se responsabilizara de la educación especial en sus entidades.

La comisión encargada de implementar la reforma a los planes de estudio señaló que los planes vigentes hasta 1963 no ofrecían una formación científica básica, que permitiera entender las técnicas especializadas que se impartían. Se consideró entonces que era fundamental formar un especialista que ejerciera su labor pedagógica con el respaldo de un sustento psicológico, particularmente psiquiátrico, incluyendo así lo científico.

La reforma educativa de los años 70 y su impacto en la educación especial

La Reforma Educativa de 1971 incluyó a la educación especial; en este marco, en el Decreto Presidencial con fecha 18 de diciembre de 1970 se ordenó la creación de la Dirección General de Educación Especial (dgee), dependiente de la Subsecretaría de Educación Básica y, en 1976, se estableció su organización y funcionamiento en el Diario oficial. En esta época se inició un incremento notable de servicios de educación especial, aunque reducido si se compara con la dimensión del sistema educativo y con las necesidades de atención de los niños y los jóvenes con alguna discapacidad. A partir de esa fecha la Escuela Normal de Especialización se adscribió a la dgee y en 1978 se transfirió la formación de maestros especialistas a la Dirección General de Educación Normal.

De acuerdo con el decreto, a la dgee le correspondió organizar, dirigir, desarrollar, administrar y vigilar el sistema federal de educación de alumnos “atípicos” y la formación de maestros especialistas.

La creación de la dgee respondió a las demandas de los profesionales y familiares que cotidianamente planteaban la necesidad de un tratamiento educativo especial para estas personas. Asimismo, se abrió una vía institucional para sistematizar y coordinar las acciones que hasta esa fecha se habían dado de manera dispersa y fragmentada. Los principios de normalización e integración definieron las acciones de la educación especial.

De 1970 a 1976 se expandieron y diversificaron los servicios de educación especial, entonces surgieron: Grupos Integrados (gi), Centros Psicopedagógicos (cpp), Centros de Atención Psicopedagógica para la Educación Preescolar (capep), Centros de Rehabilitación y Educación Especial (cree).

Cabe destacar que en 1973, con la finalidad de optimizar los recursos para brindar una atención integral en rehabilitación y educación, así como proveer los apoyos técnicos necesarios para los niños con trastornos neuromotores, de audición, de visión y con deficiencia mental, se firmó un convenio entre la Secretaría de Salubridad y Asistencia (ssa), la sep y el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) para crear Centros de Rehabilitación y Educación Especial en las entidades.

A partir de 1979 se inició un nuevo proyecto de organización de la dgee y de sus servicios, con objeto de sistematizar y regular el subsistema para hacerlo compatible con la normatividad técnica, operativa y administrativa de la sep, y contar con las bases para su expansión; asimismo, se realizaron diversas investigaciones orientadas a conocer las características de los alumnos y a desarrollar modelos de atención educativa.

En 1984 se hicieron modificaciones al Reglamento Interior de la sep, entre las que destaca el cambio del término “atípicos” por el de “niños con requerimientos de educación especial”. Además, se clasificaron los servicios como: indispensables y complementarios.

Los servicios indispensables incluían a niños con trastornos neuromotores, de audición, visión y deficiencia mental, que eran atendidos en: Centros de Intervención Temprana, escuelas de preescolar y primaria que contaban con un maestro que atendía a los niños que pudieran integrarse a las escuelas regulares; Centros de Capacitación para el Trabajo, para los niños egresados de las escuelas de educación especial que no podían tener una formación laboral en instituciones regulares; Industrias Protegidas, para los alumnos que requerían un entorno laboral protegido; Grupos Integrados de Sordos y Grupos Integrados B, para niños con deficiencia mental leve, que operaban en las escuelas regulares.

Los servicios complementarios estaban dirigidos a niños con problemas de aprendizaje, lenguaje y conducta y se atendían en Centros Psicopedagógicos y Grupos Integrados.

En el marco del programa denominado Primaria para Todos los Niños, los Grupos Integrados se expandieron en todo el país, de tal manera que a ellos se incorporaron numerosos profesionales con distinta formación (pedagogos, psicólogos, maestros de educación primaria, trabajadores sociales, especialistas en aprendizaje y lenguaje, entre otros). A partir de la incorporación de este personal, el perfil de los profesionistas que podía adscribirse a la educación especial se modificó radicalmente.

Para la atención de los alumnos de los grupos integrados se desarrollaron y operaron programas especiales para la enseñanza y el aprendizaje de la lectura, la escritura y la matemática, mismos que derivaron en el proyecto ipale-pale-palem, de 1984 a 1988 en educación especial, y de 1988 en adelante operados por educación primaria.

Otros programas que promovió la dgee, durante el periodo de 1978 a 1988, fueron el proyecto de atención a niños y jóvenes con capacidades y aptitudes sobresalientes y los modelos de atención educativa en medios rurales.

La expansión y diversificación de la educación especial significó un cambio de actitud del Estado hacia la atención de estos alumnos. Además, al reconocer la necesidad de brindar educación especial dentro del contexto educativo regular, México se incorporó al grupo de países que, de acuerdo con las recomendaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), reconocen la necesidad de este tipo de educación. Sin embargo, la expansión acelerada de los servicios, aunada a la poca claridad en los criterios para ubicar qué niños debían recibir educación especial, favoreció que los maestros de grupos regulares identificaran cada vez más a un mayor número de niñas y niños con “problemas para aprender” o con “problemas en su conducta”, pero no necesariamente con características que debieran ser atendidas por educación especial, ocasionando que esta última se convirtiera en la opción para solucionar problemas educativos como la reprobación y la deserción escolar.

Expansión de la formación de docentes en educación especial

Como se señaló en párrafos anteriores, de 1943 a 1969 la Escuela Normal de Especialización del Distrito Federal fue la única institución normalista que formó maestros de educación especial en México y, en consecuencia, acudieron a ella profesores de todo el país; algunos de ellos impulsaron la formación de maestros de educación especial en sus entidades. Específicamente, en 1969 se creó la Escuela Normal de Especialización en Monterrey, Nuevo León, que ofreció las carreras de: Trastornos en la Audición y el Lenguaje, Ciegos y Débiles Visuales, Deficiencia Mental, y Menores Infractores e Inadaptados Sociales.

En la década de los 70 se abrió una escuela normal en Coahuila, que ofertó las áreas de: Problemas de Aprendizaje, Trastornos en la Audición y el Lenguaje, Deficiencia Mental, e Infracción e Inadaptación Social. Las escuelas normales del Distrito Federal y de Nuevo León abrieron la especialidad en Problemas de Aprendizaje, en 1972 y 1974, respectivamente.

Hasta la década de los 80 inició a nivel nacional el proceso de expansión de las escuelas formadoras de docentes en educación especial, ya que es cuando empiezan a formarse maestros en 13 entidades:

• Problemas de Aprendizaje: Baja California, Baja California Sur, Durango, Guerrero, Nayarit y Quintana Roo.

• Audición y Lenguaje, Deficiencia Mental, y Problemas de Aprendizaje: Sonora y Querétaro.

• Audición y Lenguaje, y Problemas de Aprendizaje: Veracruz y Yucatán.

• Deficiencia Mental, y Problemas de Aprendizaje: Jalisco.

• Audición y Lenguaje, y Deficiencia Mental: Tabasco.

• Audición y Lenguaje, Ceguera y Debilidad Visual, Deficiencia Mental, Infracción e Inadaptación Social, Problemas de Aprendizaje, y Trastornos Neuromotores: Sinaloa.

Como puede observarse, se incrementó considerablemente el número de escuelas normales. La oferta en cuanto a las especialidades se orientó en primer lugar a Problemas de Aprendizaje, en segundo a Audición y Lenguaje y en tercer lugar a Deficiencia Mental; dejando de lado la formación en Trastornos Neuromotores, Ceguera y Debilidad Visual, e Infracción e Inadaptación Social. A pesar de la diversificación e incremento de servicios para atender a los alumnos de educación especial, la formación docente se inclinó preponderantemente hacia una especialidad: Problemas de Aprendizaje.

En los años 90 se abrieron otras escuelas normales, tanto en entidades que ya formaban maestros en educación especial como en algunas que por primera vez impartirían esta licenciatura. Tal es el caso de:

• Problemas de Aprendizaje: Aguascalientes, Campeche, Durango, Hidalgo, México, San Luis Potosí, Tamaulipas y Veracruz.

• Audición y Lenguaje, Deficiencia Mental, y Problemas de Aprendizaje: Yucatán y Zacatecas.

• Audición y Lenguaje, y Problemas de Aprendizaje: Baja California, Jalisco, Oaxaca y Puebla.

Para finales de la década de los 90, casi en todos los estados ya se contaba con, al menos, una institución normalista que impartía la Licenciatura en Educación Especial, a excepción de siete: Colima, Chiapas, Chihuahua, Guanajuato, Michoacán, Morelos y Tlaxcala, y se mantenía la tendencia a formar maestros en Problemas de Aprendizaje, Audición y Lenguaje, y Deficiencia Mental.

Como se señaló con anterioridad, las organizaciones de la sociedad civil han colaborado de manera relevante en la atención de las personas con discapacidad, y en los últimos años se consolidó su participación en el ofrecimiento de servicios de salud y educación. Cabe destacar que, además de brindar esta atención, se dieron a la tarea de capacitar al personal e incluso, en algunos casos, ofrecer estudios especializados en el ámbito de la atención de las personas con discapacidad. Sin duda, la experiencia educativa de las organizaciones de la sociedad civil en el nivel comunitario es muy amplia. Actualmente atienden a grupos y asesoran a las escuelas regulares de la comunidad para favorecer la integración educativa de las niñas y los niños con discapacidad; además, participan en la formación de maestros de educación especial, ya que en algunas de estas organizaciones se recibe a estudiantes de las escuelas normales cuando realizan sus prácticas pedagógicas y su servicio social.

La Reforma de los planes y programas en las Escuelas Normales de Especialización

En los años 70 se llevó a cabo en México una reforma de la educación básica. Las escuelas normales de especialización no estuvieron ajenas a ella. En esa época, en las escuelas normales se reconoció que los esfuerzos realizados frente a los altos índices de reprobación, deserción y deterioro de la información fueron infructuosos, por lo que era importante atacar dos problemas fundamentales: la actualización de los formadores de docentes y la reestructuración de los planes y programas de estudio. En este contexto se generaron dos planes de estudio, uno en 1970 y otro en 1974.

En el Plan de Estudios de 1970 desaparecieron las modalidades de inscripción que marcaba el plan anterior (estudiante regular y especial) y el año básico. Se integraron nuevamente como requisitos: título de maestro normalista, de educadora u otros equivalentes o superiores; dos años de ejercicio profesional en educación regular o estar en servicio y pasar los exámenes de admisión. La vigencia de este plan fue breve, ya que se modificó en 1974.

Como resultado de la reforma general en la formación de maestros en las normales, en 1974 se elaboró un nuevo Plan de Estudios, con el objetivo de formar un maestro especialista para la educación de personas con limitaciones físicas, mentales o sociales, con la suficiente preparación teórica y práctica, fundamentada en las corrientes pedagógicas modernas, que le permitiera conducir a los “atípicos” a una meta de adaptación integral a la sociedad, a través del desarrollo de programas de educación especial, aplicados por el maestro especialista en interacción con el equipo multiprofesional.

Los principales cambios fueron los siguientes:

• Ampliación de la duración de los estudios, de tres a cuatro años.

• Otorgamiento del grado de licenciatura.

• Elaboración de la tesis profesional como parte de la formación del estudiante.

Los tres primeros años fueron iguales que los del plan anterior (1970); el principal cambio radicó en la consideración de las prácticas pedagógicas dirigidas y la elaboración de tesis en el último semestre como parte de la formación.

Los requisitos para ingresar a la carrera eran los mismos que se señalaron en el Plan 1970. Una diferencia sustancial entre este Plan de Estudios y los anteriores, radicó en el otorgamiento del grado de licenciatura a los estudios realizados. Este hecho fue recibido, en general, con beneplácito, ya que desde su concepción las escuelas normales de especialización se consideraron como un nivel de estudios superior al que recibía un maestro de educación preescolar o primaria regular, y en varias ocasiones se solicitó que los estudios realizados en ellas se reconocieran como posgrado.

En 1980 se generó un nuevo Plan de Estudios, pero su duración no se modificó; es decir, la carrera se impartió en cursos regulares, de septiembre a junio, durante cuatro años y en cursos intensivos, en los meses de julio y agosto, durante cinco veranos.

En este plan se consideraron tres áreas: de Humanización, de Introducción y fundamentación, y de Especialización. Las materias se ubicaron explícitamente en cuatro áreas de formación: Pedagógica, Psicológica, Biomédica y Social. La única variante respecto a los requisitos de ingreso, fue que otra vez se brindó la posibilidad de que ingresaran bachilleres, con la condición de que acreditaran la nivelación pedagógica. Esta situación resaltó nuevamente la importancia dada a la formación pedagógica del aspirante, como antecedente necesario para el ingreso a esta carrera

Información obtenida desde la pagina web
http://normalista.ilce.edu.mx/normalista/r_n_plan_prog/especial/plan_...

Desde la Ciudad de las Monteñas: Miguel Alejandro Rodríguez Valdéz
Reportero de La Pirinola Radio en Monterrey, NL

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