miércoles, 22 de mayo de 2013

Ciudades excluyentes, ciudades en deuda

¿Dónde está la discapacidad? 
No está en la persona. Está en el entorno.

Queremos una ciudad donde caminar sea seguro para nuestros adultos mayores

Estaba en mora de escribir sobre este tema, porque a pesar de haber reflexionado mucho al respecto, pensando en la tragedia que son nuestras ciudades para las personas con discapacidad y nuestros adultos mayores, siempre con la intención de plantear y visibilizar el problema, hasta ahora me decido a hacerlo. Ha sido de pronto el miedo a defraudar o herir susceptibilidades. ¿Cómo referirme a estas personas? (Discapacitadas, en condición de discapacidad, personas con condiciones especiales, personas especiales, sencillamente distintas, etc.) Este es un punto que siempre aparece en la discusión. ¡Siempre! Pues nada, es un tema duro, sensible, del que poco conocemos y donde unos saben más que otros. Pero no importa, el punto es que hay que hablar del problema y planteárselo a la sociedad. Lo más grave definitivamente sí sería no tratarlo o seguirlo abordando tímidamente, o continuar atendiéndolo principalmente desde el plano discursivo y normativo. Vale la pena preguntarnos: ¿Cómo es posible que en un país como Colombia cuya guerra ha mutilado a miles de nuestros soldados y cobrado la vida de tantas personas, el problema pase de agache? ¡Hay demasiada tinta muerta sobre el tema! Para la muestra nuestras ciudades. Ahí está Bogotá.


Resulta inaplazable hablar de esto, tratar de entenderlo y sobre todo que la sociedad reconozca que es un asunto de todos. Que tarde o temprano, de una u otra manera, todos le veremos la cara al problema, si no es que ya está ahí.  ¿O es que el tiempo no pasa y no nos haremos viejos? ¿O es que alguien está exento de sufrir un accidente o de enfermarse, o que algo pueda sucederle a algún familiar o amigo? ¿Se ha puesto a pensar en la experiencia de unos padres llevando a sus niños en coche por la ciudad? ¿O en la experiencia de una persona en silla de ruedas intentando cruzar una avenida, o algo en principio más sencillo aunque no lo sea, como bajar las rampas de los andenes de esta ciudad? ¿Cómo hará un invidente para coger un bus en Bogotá? ¿Cómo queremos que nuestros padres enfrenten la vejez? Una posibilidad es aislados y dependientes en medio de un entorno urbano hostil, o por el contrario, activos, autónomos, productivos y felices si la ciudad y la sociedad se los permite. ¿Usted cómo quisiera enfrentarla?
 

A veces, olvidamos que la vida es una lotería o que el tiempo nos alcanza a todos por igual. A veces, olvidamos que este lugar lo compartimos con muchas otras personas, todas distintas las unas de las otras, y que nada lo tenemos totalmente asegurado.


No hay comentarios.: