lunes, 18 de octubre de 2010

CASO CLÍNICO

Por Rosa Chávez Cárdenas Corresponsal de La Pirinola en Jalisco

Les quiero compartir un caso clínico. Entre la madre y los hijos que presentan alguna discapacidad frecuentemente sucede el fenomeno de la simbiosis*, es decir una dependencia mutua con un acuerdo implicito: "yo estoy bién, tu estás bién, Yo estoy mal, tu estás mal".


La Sra. Mary tiene una hija, Lupita de 16 años que presenta una discapacidad intelectual severa y como en muchos casos se presentan conductas autodestructivas: Lupita se arranca el cabello.



Me comenta la mamá: (ya habian venido hace un año, desgraciadamente, mejora y dejan de venir a consulta) que tuvo que cortarle el cabello (raparla) para que dejara de arrancarselo.
Cuando Lupita llega a mi consultorio de pronto se pone muy ansiosa y presenta conductas como cualquier caso de autismo.


Mary la mamá, en cuanto se sentó empezó a llorar y me comentó de los problemas de acoso laboral que sufre en una clínica del sector salud. El Jefe es un dictador que a cualquiera amenaza con correrlo, pero a ella le habla cada rato para cualquier tontería le grita y la ofende, Mary se encuentra muy afectada por esta relación laboral, al grado de que le comentó a su Jefe Inmediato que iba a renunciar después de años de laborar en la institución. la tensión que ha estado viviendo desde hace unos meses le han afectado la columna con dolores intolerables.


También se enteró que el Jefe fue hijo de una madre que lo maltrataba al grado de que le ponía una cuerda en el cuello y lo amenazaba con colgarlo, estos abusos de su madre lo volvieron a el Jefe resentido con la vida.


El problema es que el Jefe le recuerda a las conductas su padre, así que Mary vuelve a vivir el miedo que sufrió cuando era niña, cuando el Jefe le grita se queda paralizada por el miedo. Al darme cuenta de que aqui había un círculo vicioso y de que la tensión se estaba desplazando al grado de que la más afectada era Lupita. Además, Mary como muchas mamás, carga con la culpa de tener que dejar a su hija al cuidado de otra persona por tener que trabajar.


Viendo esta situación decidí hacerle a Mary unos ejercicios para borrar la imagen del presente, ella se sintió relajada y autimaticamente Lupita empezó a sonreir, de pronto las conductas autistas (movimientos repetitivos, palabras sin sentido) que presentó durante todo el tiempo de la consulta desaparecieron, continué con la mamá y para finalizar con un aparato que sirve para dar masaje en el craneo. Lupita se acercó y me pidió que también la masajeará a ella, seguía sonriendo, fue tan agradable ver sonreir a Lupita que le pedí a la mamá que guardara la cara sonriente de su hija. Le comenté de la simbiosis que se daba entre ambas, si tu estas tranquila ella también, además agregue: - Lupita es sensitiva y no tiene la capacidad de elaborar en el cerebro lo que está sucediendo de manera lógica, su cerebro actúa de manera reactiva sin control de impulsos: "correr o pelear" (es decir por instinto de conservación).


Finalmente Mary me comentó "vine a consulta preocupada por que Lupita se arranca el cabello y resulta que la que esta peor, soy yo. Hasta quería renunciar al trabajo y el ortopedista ya me queria operarme de las vertebras cervicales". Bueno ni que decir el peso que se quitó de encima.

*
El botánico alemán Anton de Bary en 1873 (o 1879, según autores) acuñó el término “simbiosis” para describir la estrecha relación de organismos de diferente tipo. Concretamente la definió como «la vida en conjunción de dos organismos disimilares, normalmente en íntima asociación, y por lo general con efectos benéficos para al menos uno de ellos».

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