martes, 9 de noviembre de 2010

CENTRO PARA SORDOCIEGOS EN ESPAÑA


Sevilla.- Andalucía acoge el Centro Sor Ángela de la Cruz, el primero para sordociegos del país.


Cierren los ojos, tápense los oídos y recreen por un instante lo que implicaría vivir en plena oscuridad y el silencio más absoluto. ¿Cómo sabrían que suena un timbre? ¿hasta cuando llenarían un vaso de agua sin derramarla? ¿cómo pedirían ayuda?.


El día a día para las personas sordociegas adquiere un plus de dificultad. Luchar contra la incomunicación de estas personas es el principal objetivo de la Asociación Española de Padres de Sordociegos (Aspascide).
La meta está más cerca. Esta plataforma está de enhorabuena ya que inaugurará de forma oficial, en los próximos días, el primer Centro Residencial para Personas con Sordoceguera de España, que se encuentra en Salteras (Sevilla) -a poco más de 20 minutos de la capital-. Entre seis y doce mil personas padecen esta discapacidad en España; unas 600, en Andalucía.


Las limitaciones son evidentes. El problema se agrava si su dolencia es congénita ya que hay que sumar la falta del habla. Un trabajo especializado posibilita que puedan recuperar la autonomía.
El Centro Santa Ángela de la Cruz tiene capacidad para atender a 45 sordociegos, de los que 17 son residentes y 28 estarán sólo durante el día. Unos 40 empleados y voluntarios trabajarán en el centro cuando éste esté ocupado en su totalidad.


Las plazas se llenan poco a poco a medida en que se va conociendo la existencia de estas instalaciones. De momento, aún hay 21 sitios libres. El precio de las plazas residenciales tienen un costo de $ 100,56 euros al día y las de estancia diurna, $ 1.310,40 euros al mes.
La Junta subvenciona a las familias aportando al proyecto 680 mil euros anuales, aparte de los 2,2 millones, pertenecientes al Plan E, con los que financió la construcción de la residencia. El Arzobispado de Sevilla ha cedido los 5.400 metros sobre los que se asientan las instalaciones, un antiguo cortijo rehabilitado. La idea del proyecto.


Los trabajos para la creación de este centro se remontan al año 2005. "La situación en España de estas personas con discapacidad en comparación con los del resto de la Unión Europea o de Estados Unidos era abismal", confiesa la presidenta de Aspascide y directora del centro, Dolores Romero: "Teníamos que tener en España los mismos recursos de los que gozaban en Francia o en los países nórdicos", reconoce. "Empezamos a llamar a las puertas y nadie nos ayudaba, entonces decidimos montárnoslo nosostros mismos", recuerda. Uno de los propósitos es que las personas sordociegas se puedan "readaptar" su vida en un plazo de dos años.


"Los chicos van a estar mejor en el centro, que en sus casas y pueden ser muy felices y seguir aprendiendo, de manera que puedan ser lo más autónomos posibles", asegura Romero.
Para ello se disponen de talleres de natación, spa, mimbre, artesanía textil, jardinería, educación física, cerámica, informática, electrolectura, cocina, limpieza y cuidado de ropa. Las actividades se completan con salidas, dos veces por semana, en las que los residentes, siempre acompañados por sus monitores, tienen contacto con el exterior.


El Centro está adaptado a las necesidades ya que se guían por el tacto al recorrer las dependencias. Las distintas texturas de las paredes van orientando a los residentes y las marcas en el suelo anuncian los cambios de habitaciones.


La consejera de Igualdad y Bienestar Social, Micaela Navarro, ha experimentado qué sienten los sordociegos durante una visita al centro. "Sensanción de inseguridad", así lo ha definido la consejera, que ha asegurado "no entender nada", mientras tenía los ojos y los oídos tapados.
Navarro se ha mostrado contenta al implantar este primer centro en Andalucía.


La consejera ha resaltado que estas instalaciones "constituyen un orgullo para todos los andaluces, sobre todo, en momentos en que los recursos económicos no son abundantes, lo que demuestra que se prioriza la calidad de vida y el bienestar de las familias".

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