Por: Lic. Agustín de Pavía
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Datos sobre todos los aspectos de la discapacidad y los factores sociales son importantes para construir un panorama completo sobre la discapacidad en sus aspectos funcionales. Sin información precisa de cómo condiciones físico sensoriales de las personas al interactuar con barreras ambientales y los apoyos para superarlos afectan su vida diaria es difícil determinar la discapacidad.
En este sentido, la discapacidad se puede conceptualizar como un espectro de la funcionalidad donde existen dificultades físicas o sensoriales de van desde un menor grado hasta un máximo grado que afectan la vida de la persona. La prevalencia de la discapacidad debe considerar cómo la falta de funcionalidad genera una discapacidad y si el grado de funcionalidad toma en consideración aspectos ambientales. Presentar dicha información segregada por sexo, edad, nivel de ingreso y ocupación es importante para descubrir tendencias.
Los censos cubren a la población total de un Estado a través de grandes intervalos de tiempo y por su misma naturaleza puede incorporar solamente pocas preguntas sobre discapacidad, lo que da una visión socioeconómica sobre la discapacidad sin obtener datos sobre la inclusión o participación social. Los países que reportan una menor prevalencia de discapacidad, por regla general son los países desarrollados que obtienen su información a través de censos. Los países que reportan una mayor prevalencia de discapacidad obtienen su información a través de encuestas.
La información sobre discapacidad es casi inexistente en los países en vías de desarrollo, ésta solo se analiza en función de la normalidad o la anormalidad de la vida diaria.
Los datos del Informe mundial sobre discapacidad (elaborado por la Organización Mundial de la Salud y el Banco Mundial), en cuanto a prevalencia mundial se basan en los datos del Word Health Survey de 2002-2004 que se realizó en 59 países. La prevalencia promedio de la población con discapacidad adulta fue de 15.6% , 650 millones de personas, en los países con mayores ingresos fue 11.8% mientras que la prevalencia aumenta a 18% en países con menores ingresos. En promedio 2.2% de la población, es decir 92 millones de personas viven con dificultades de movilidad o funcionalidad severas.
La prevalencia aumenta con la edad, comenzando a los 45 años con el 11 al 18% de la población dependiendo si es un país de mayores a menores ingresos llegando a representar más del 40% hasta el 60% de la población mayor de 75 años, asimismo la prevalencia de discapacidad en las mujeres es significativamente mayor que los hombres, como lo muestra la siguiente grafica que se obtuvo del Informe mundial sobre discapacidad.
En 1970 la prevalencia de la discapacidad a nivel mundial se estimaba en 10% cuando la edad promedio a nivel mundial era de 22.4 años. Hoy la prevalencia de la discapacidad ha aumentado a 15%, es decir aumentó 5% y la edad promedio mundial aumento a 28 años es decir, los mismos 5 años que la prevalencia con la discapacidad. Lo más interesante es que en el año 2050 se calcula que la edad promedio en el mundo será 38 años y en países con mayor nivel de ingresos será 45.7 años, es decir la edad donde la prevalencia de discapacidad comienza a aumentar exponencialmente.
De seguir esta tendencia se podría concluir que para el año 2050 la prevalencia de la discapacidad a nivel mundial será de 35 %. Primero, esto demuestra que la prevalencia de la discapacidad como un hecho médico no se puede prevenir. Segundo, lo importante sobre la prevalencia de discapacidad en la población mundial no es que el porcentaje continúe en ascenso sino que la discapacidad hoy se asocia con poca participación o inclusión social y altas tasas de desempleo, así como la pobreza. Es decir, en 2050 sino no hay un cambio de paradigma de la discapacidad como lo establece la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad el 35% de la población mundial vivirá en situación de exclusión y pobreza.
El Informe mundial sobre discapacidad no solamente analiza la prevalencia de la discapacidad, sino también analiza la situación de los derechos, realizando una comparación de las poblaciones de mujeres y niños con y sin discapacidad, en países con mayor y menor ingreso.
En relación al derecho a la educación encontramos que a nivel mundial el 61.3% de los hombres sin discapacidad han completado su educación primaria y en promedio ha recibido 7.03% de educación mientras que solamente el 50.6%, es decir 10% menos, los hombres con discapacidad han completado su educación primaria con 5.96 años de educación en promedio es decir un año menos que los hombres sin discapacidad.
Las mismas cifras dan cuenta de una diferencia de 10% entre personas con discapacidad y sin discapacidad que han completado su educación primaria en los países con ingresos menores (55.6%- a 46.6%) y en países con mayores ingresos (72.3% - a 61.7%). En relación con el porcentaje de mujeres que han completado la primaria encontramos que en promedio este porcentaje es 10% inferior al de los hombres con o sin discapacidad. El último dato interesante es que los porcentajes de personas con discapacidad han aumentado significativamente entre los más jóvenes en comparación del aumento entre adultos mayores. Para mayor referencia se presenta la tabla correspondiente al derecho a la educación de las personas con discapacidad, también del Informe mundial sobre la discapacidad.
El derecho al trabajo es otro ámbito de comparación entre los grados de participación social de la persona con discapacidad; a nivel mundial el 64.9 % los hombres sin discapacidad tienen un empleo mientras que entre los hombres con discapacidad sólo 52.8 % trabaja, es decir una diferencia de 12.1%. Por su parte el 29.9 % de las mujeres sin discapacidad tiene un empleo o trabajo en comparación de las mujeres con discapacidad donde el 19.6% tienen un trabajo, es decir 10.3% de diferencia. La brecha de participación que es menor entre las mujeres con y sin discapacidad que entre los hombres. Estas cifras se pueden ver en el cuadro que se presenta en el Informe mundial sobre la discapacidad.
Al realizar un estudio comparativo entre la tasas de empleo de la población con discapacidad en los países con mayores y menores ingresos, la diferencia es menor, es decir el 17.3% de los hombres con discapacidad en países con mayores ingresos trabaja, mientras que en países de menor ingreso el porcentaje es del 12.6% , es decir una diferencia de 4.7%. Por su parte el 8.8% las mujeres con discapacidad en países con mayores ingresos trabajan a comparación de del 11.4% de sus contrapartes en países con menor ingreso. Paradójicamente en los países con menores ingresos hay mayor participación económica de las personas con discapacidad especialmente de las mujeres.
Es necesario investigar si esta tasa de participación mayor se debe a que en estos países con menores ingresos existen mayores oportunidades de empleo menos técnico y también de menor ingreso económico.
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