lunes, 10 de octubre de 2011

¿ESTAMOS ACOSTUMBRADOS A VER LA DISCAPACIDAD DE FRENTE?

¿ESTAMOS ACOSTUMBRADOS A VER LA DISCAPACIDAD DE FRENTE?

Por Héctor Hernández Lizarralde
Revista vivir triunfando


Hace unos días vi el programa de televisión “TABU”, en este capítulo se hablaba acerca de lo poco acostumbrada que está la sociedad a ver de frente la discapacidad u otro tipo de variantes que puede presentar una persona.


Adriana Macías, es una escritora mexicana y al mismo tiempo especialista en el tema de la superación personal, ella no tiene brazos, y desde corta edad aprendió a realizar todas las actividades cotidianas con sus pies, inclusive hoy en día aprendió a conducir su auto con sus extremidades inferiores.


En algunas ocasiones hemos entrevistado a Adriana para nuestras revistas, sobre todo para nuestra primera publicación de nombre “Yo Discapacitado”.


Ahora que la vi por televisión, Adriana relata diversas experiencias, una de ellas me causó un interés especial:
“Al estar en el salón de belleza, me estaba yo peinando con mis pies, para mí esto es evidentemente algo muy natural, pero una niña al verme quedo realmente asombrada y enseguida exclamó a su madre ¿Mamá, a poco nos podemos peinar con los pies?, para la pequeña esto era algo nuevo e inimaginable.

Adriana reflexiona ante la cámara y comentó en voz alta: ¿Se vale que un niño pregunte?
¡Por supuesto que sí!, es totalmente válido que un niño sienta curiosidad por conocer, por saber y sobre todo por entender las cosas, en este caso, lograr comprender que la diversidad es enorme, así como hay personas rubias, morenas, altos, chaparros, gordos o flacos, también existen personas que no tienen alguna parte de su cuerpo, que tienen una discapacidad y que son tan convencionales como el resto.


Esta reflexión me agradó bastante, más allá de admirar a Adriana me parece que ha dicho una gran verdad, debemos comprender que cada persona es diferente, pero igual de valiosa y capaz que el resto.


La pregunta es:
¿Estamos todos acostumbrados a ver la discapacidad de frente?

Yo creo que no, o no del todo, la población en general no está ni acostumbrada ni educada para el tema.


Por educación me refiero a que en muchas ocasiones hacemos lo que se nos da la gana con los espacios públicos para personas con discapacidad, ya sea ignorándolos, o bien, ni siquiera considerarlos al momento de emprender un proyecto urbano, al mismo tiempo, destinamos pocas oportunidades para el correcto desempeño de una persona con estas características en el área de la educación y en lo laboral, si bien se han dado ciertos avances, aún resta mucho trabajo por realizar.


¿Es correcto incomodarse cuando vemos a una persona con discapacidad?

Recuerdo hace unos años, estaba yo en mi casa jugando una “cascarita” con varios vecinos, entre ellos un par de niños, entre 7 y 8 años de edad, en ello, tuve que dejar el juego para recibir a un chico con discapacidad intelectual que venía a dejarme unas cosas referente a la revista, como era conocido mío y sabía que amaba el futbol, lo invité a integrarse al juego, el aceptó feliz.


Sin embargo, los amigos más pequeños se sintieron nerviosos, ¿Cómo juego?, ¿Cómo juega?, ¿Más lento?, ¿Le damos “chance”?, a lo cual respondí “Tu normal y métele la pierna igual”, en términos futbolísticos “métele la pierna” significa “sin contemplaciones, que sienta rigor”.


El juego se desarrolló con total fluidez, todos contentos y aquella tarde de domingo quedó como una bonita anécdota, mis vecinos más pequeños tuvieron su primer contacto directo con una persona con discapacidad.


¿Es normal asustarse al observar una discapacidad profunda?

No conozco la respuesta correcta, no sé si exista realmente, ya que todos somos diferentes y cada uno reaccionamos de distinta forma a ciertas cosas, lo que sí creo es que a veces nos asombramos por lo desconocido.


Estamos mayormente familiarizados con las personas que utilizan silla de ruedas, ciegos, con discapacidad intelectual, en fin, los casos más comunes, pero debo confesarles que aun cuando llevo 8 años en el tema de la discapacidad y los derechos humanos han existido casos en que si me afecta ver casos tan profundos, como niños con tumores prominentes en el rostro, inclusive no hace mucho, conviví por un rato con una persona que no tenía globos oculares, y a decir verdad me sentí impactado, un poco incómodo al inicio, su aspecto era fuerte, pero sinceramente, la plática fue enriquecedora, lo importante en cualquier caso es el respeto, llamar a todos por su nombre, evitar apodos innecesarios como el “enfermito”, el “cieguito”, el “cojito”, etc, simplemente tratar a la gente con el respeto y la educación que nos gusta nos ofrezcan cada día.

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