Hasta
ahora nunca había probado a esquiar, ni antes de ir en silla, ni
después. Después de ser sillero, no lo había probado por un tema médico,
ya que tengo una escoliosis que puede empeorar si le doy mucho trote a
mi cuerpo. Pero bueno, hay que probarlo todo y esto no va a ser menos.
Para empezar, deciros que la actividada la realizamos en una de las mejores estaciones adaptadas
de toda España, con un equipo de personas perfectamente preparadas, que
transmiten una seguridad y un saber hacer fuera de serie.
Después de explicarles mi problemática particular, los monitores de esquí adaptado de La Molina, se pusieron manos a la obra y adaptaron el material a mis circunstancias particulares, así como la forma de esquiar para que mi espalda sufriese lo mínimo posible.

¡Qué fenómenos!
Cómo se preocupan de nosotros y qué bien lo hacen. Porque no sólo
estábamos nosotros practicando esquí adaptado, había un montón de gente
con distintas capacidades aprendiendo a esquiar.

A mi me tocó esquiar con dos equipos diferentes, en uno con Mark y en otro con Andi, y no se decir con quien mejor de los dos.
Es una actividad perfectamente recomendable para todo el mundo, sea cual sea su discapacidad, ya que hay un material adaptado para cada persona
y sus circunstancias. Fijaos si es para todos, que Andi me comentaba
que les había regalado a sus abuelos la experiencia de bajar esquiando
por La Molina. Se quedaron tan impresionados, que no querían mas que
repetir otra vez.

Para subir, en la pista de iniciación en la que estábamos, existía una cinta mecánica que nos llevaba hasta arriba. En el resto de pistas, para más experimentados, hay telesillas adaptados para que las personas con discapacidad no tengan ningún problema y puedan subir con toda seguridad.
¡¡¡¡Que sensación de velocidad!!! (y eso que era una cuestita pequeña), que emoción, que inyección de adrenalina tan bueno…..

El primer
viaje bajas “acojonado” (sobre todo yo, que soy un caguetas), pero la
sensación es tan buena, que te pegarías todo el día subiendo y bajando.
No sé cómo no me he atrevido antes a probar el esquí adaptado, ¡Lo que me estaba perdiendo!
El resto
de compañeros que nos acompañaban en el viaje, algunos de ellos
esquiadores habituales, también probaron a esquiar con el equipamiento adaptado para personas con discapacidad, y el comentario fue unánime, ¡¡¡qué pasada!!!, mucho más emocionante que esquiar de pie.

Después de esquiar durante media mañana, subimos en el telecabina hasta la parte superior de las pistas, donde pudimos gozar de unas vistas privilegiadas del entorno y de la estación de La Molina. He de decir que para subir en el telecabina, te lo paran completamente y te colocan una rampa para que subas con un poco de ayuda.

Un día perfecto, con un sol precioso, la nieve en muy buen estado, con buenos amigos, que más se puede pedir………..
Y como
colofón final, después de una mañana muy ajetreada, una buena comida en
el restaurante de la estación, donde dimos cuenta de un menú casero y
que estaba de muerte.
Decir por
último, que la La Molina tiene un nivel de accesibilidad muy bueno, con
baños adaptados en distintos puntos y accesos con plataformas y
ascensores a casi todos los lugares. Si queréis ver sus condiciones de
accesibilidad pinchad aquí.
Escrito por Kity.Podéis seguir sus rodadas en facebook o en Twitter
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