Primera entrega
En este apartado se ofrece un panorama general de algunos aspectos del desarrollo de la educación especial en México. Se analizan las líneas generales que han definido la atención de las necesidades educativas especiales de niñas, niños y adolescentes, con o sin discapacidad, en la escuela, y la formación de profesores para desempeñar su labor educativa en este ámbito. Esta manera de comprender el pasado vincula la educación con la época correspondiente y permite ubicar la educación especial en el marco de un proceso cambiante caracterizado por distintas influencias.
Primeras instituciones que brindan educación especial diferenciada a personas con discapacidad en la Ciudad de México
La educación especial como servicio institucionalizado es reciente y su capacidad para brindar atención ha sido escasa; de hecho, la atención a personas con discapacidad es más antigua que la formación de los docentes. Son tres los grupos de la población con que se inició la obra de la educación especial: inadaptados sociales, sordomudos y ciegos; desde principios del siglo XIX en la capital se fundaron instituciones para su atención:
El Departamento de Corrección de Costumbres (1806);
La Casa de Corrección (1841);
El Asilo para Jóvenes Delincuentes (1850);
La Escuela de Sordo-mudos (1861),
y la Escuela de Ciegos (1870).
La sociedad civil organizada ha tenido una participación relevante en la atención de las personas con discapacidad. En México, en términos generales, en la historia de la filantropía se pueden identificar tres grandes periodos:
a) La Colonia, el establecimiento de la Beneficencia Pública;
b) El siglo xix, principalmente durante el Porfiriato, en que la participación ciudadana retomó fuerza dentro del desempeño de la Junta de Asistencia Privada.
c) El México moderno, en que la participación de la ciudadanía organizada dependió de diversas circunstancias sociopolíticas, pero durante el siglo xx, específicamente a partir de los años 50, se ha venido incrementando.
Muchas organizaciones educativas de la sociedad civil surgieron como resultado de la reunión de familiares o de las propias personas con discapacidad y se fortalecieron con la participación de especialistas y profesionales de distintos ámbitos. En ellas han operado diversos modelos de atención y de organización.
Primeras experiencias en la formación de maestros en educación especial
La primera institución que surge en nuestro país para formar maestros en el campo de la educación especial es la Escuela Normal de Sordo-Mudos, fundada en la Ciudad de México por el Ministerio de Justicia e Instrucción Pública el 28 de noviembre de 1867. Al tener carácter de normal, se proponía que los profesores aprendieran el sistema de enseñanza para sordo-mudos y que posteriormente se establecieran escuelas de este tipo en los diversos estados y territorios de la República Mexicana.
En los cursos impartidos, los futuros maestros aprendieron a enseñar: la lengua española escrita, los catecismos de moral y religión, aritmética, geografía, historia universal e historia natural, agricultura práctica para los niños, trabajos manuales para las niñas y teneduría de libros. El plantel albergó a 24 alumnos. Tanto la normal como la escuela de sordo-mudos quedaron bajo una misma denominación: Escuela Nacional de Sordo-Mudos.
La preocupación por atender a un sector de la población que debido a sus características no asistía a las escuelas, se puso de manifiesto durante el Congreso Nacional de Instrucción Pública, realizado entre el 1° de diciembre de 1890 y el 3 de marzo de 1891, donde se concluyó que era conveniente y necesario aumentar el número de escuelas especiales que tenían por objeto la educación de los ciegos, sordomudos y delincuentes jóvenes. Lo anterior cobró mayor relevancia en la Ley de Educación Primaria, promulgada el 15 de agosto de 1908. Sin embargo, la cuestión sobre la formación de los profesores que trabajaban en estas escuelas especiales quedó pendiente.
Al abrir más escuelas especiales, también existió la necesidad de una formación docente acorde con el desarrollo y los aportes de las disciplinas médicas, psicológicas y pedagógicas. En enero de 1925 se estableció el Departamento de Psico-Pedagogía e Higiene con la finalidad de que fuera la base científica para el conocimiento de la población escolar urbana; de este departamento dependieron las escuelas especiales.
Con el tiempo, el Departamento de Psico-Pedagogía e Higiene Escolar se transformó en el Instituto Nacional de Pedagogía. Dicho instituto tuvo el propósito de hacer estudios e investigaciones de carácter científico, que sirvieran para conocer la realidad educativa mexicana y que permitieran proponer normas que facilitaran e hicieran más eficaces las actividades en las escuelas. Es así como de los estudios realizados en el Instituto sobre los “anormales infantiles” se obtuvieron seis tipos: niños con trastornos del lenguaje, niños duros de oído, niños débiles visuales, niños inválidos locomotores, niños epilépticos y niños tuberculosos. Además, el Instituto atendió tres escuelas de educación especial, un centro de higiene mental y una clínica de la conducta.
Para 1940 se consideró que las escuelas de “anormales físicos o mentales” debían proporcionar, en ciclos cortos, conocimientos generales y contar con planes de estudio, programas, métodos de enseñanza y organización particular; a pesar de los avances científicos en los servicios, quedó pendiente la formación de profesores en educación especial.
Creación de la Escuela Normal de Especialización en la Ciudad de México
En 1942 se aprobó la Ley Orgánica de la Educación Pública, que incluyó la Educación Normal de Especialización y las escuelas tipo de educación especial. En dicha ley se estableció como requisito para ingresar a la Normal de Especialización que los aspirantes hubieran cursado la educación normal para profesores de primaria, además de haber ejercido el magisterio dos años por lo menos. En este periodo se señaló como condición fundamental ser maestro con experiencia, considerando que ingresarían a un programa de especialización personas que, por haber desempeñado una práctica pedagógica con alumnos normales, adquirirían una formación técnica superior a la de los demás maestros. Esta capacidad técnica se avalaría con un crédito oficial, en función del cual podría aspirarse a un ingreso económico mayor que el resto de profesores, acompañado también de un alto reconocimiento social.
En septiembre de 1942, el Departamento de Estudios Pedagógicos de la Dirección General de Enseñanza Superior e Investigación Científica de la sep aprobó el plan de estudios para la carrera de Maestro Especialista para Anormales Mentales y Menores Infractores y, el 7 de junio de 1943, la Escuela Normal de Especialización (ene) inició sus labores, siendo director fundador el doctor Roberto Solís Quiroga. Según declaración del doctor Solís –uno de los principales impulsores de la educación especial en nuestro país–, fue necesario que se aprobara la creación de una institución formadora de docentes especialistas, quienes serían los encargados de atender a las personas que requerían de una educación especializada. Por ello, el primer Plan de Estudios de la normal se diseñó a partir del rescate de la práctica cotidiana que se realizaba en el Instituto Médico Pedagógico (1935), que pasó a ser un anexo de la Escuela Normal de Especialización en 1943; este instituto atendía exclusivamente a los “anormales mentales”, mismos que se seleccionaron con base en un diagnóstico médico, psicológico y social.
En 1945 se sumaron las carreras de Maestro Especialista en la Educación de Ciegos y la de Maestro Especialista en la Educación de Sordo-Mudos, en 1955 se incorporaron la de Maestro Especialista en la Educación de Lisiados y la de Maestro Especialista en la Educación de Débiles Visuales; en 1964 se separaron las carreras de Maestro en la Educación de Deficientes Mentales y la de Educación de Inadaptados e Infractores. Durante los primeros 20 años (1943-1962) de labor de la Escuela Normal de Especialización, su propósito y curriculum no presentaron cambios sustanciales.
La preocupación central al elaborar los planes de estudio era determinar qué técnicas debían aprender y aplicar los maestros de educación regular para desempeñar su función en educación especial. En consecuencia, la especialización de los profesores consistía, precisamente, en cursar ciertas materias a través de las cuales aprendieron técnicas específicas para enseñar a los alumnos con discapacidad.
Durante esta época, las materias que incluyeron los planes de estudio se modificaban a partir de la práctica docente y no como resultado de un análisis curricular; es decir, según los criterios y las recomendaciones de los docentes que impartían los cursos, se incluían u omitían cursos y contenidos.
En este periodo surgieron y se desarrollaron principalmente escuelas destinadas a la atención de niños con deficiencia mental. Sin embargo, también se identificaban cuatro situaciones que obstaculizaban el desarrollo de la educación especial:
1) la carencia de investigaciones que permitieran identificar el límite entre lo normal y lo patológico;
2) la falta de datos estadísticos precisos respecto al número de personas que requerían este tipo de educación, pues los que no presentaban un problema orgánico severo pasaban desapercibidos;
3) la carencia de personal especializado en la educación de estas personas, y
4) la falta de estrategias específicas de diagnóstico y de tratamiento.
Finalmente, en 1972, se creó la carrera de Maestro Especialista en Problemas de Aprendizaje.
Información obtenida desde la pagina web
http://normalista.ilce.edu.mx/normalista/r_n_plan_prog/especial/plan_...
Desde la Ciudad de las Montañas. Miguel Alejandro Rodríguez Valdez
Reportero de la Pirinola Radio en Monterrey.
En este apartado se ofrece un panorama general de algunos aspectos del desarrollo de la educación especial en México. Se analizan las líneas generales que han definido la atención de las necesidades educativas especiales de niñas, niños y adolescentes, con o sin discapacidad, en la escuela, y la formación de profesores para desempeñar su labor educativa en este ámbito. Esta manera de comprender el pasado vincula la educación con la época correspondiente y permite ubicar la educación especial en el marco de un proceso cambiante caracterizado por distintas influencias.
Primeras instituciones que brindan educación especial diferenciada a personas con discapacidad en la Ciudad de México
La educación especial como servicio institucionalizado es reciente y su capacidad para brindar atención ha sido escasa; de hecho, la atención a personas con discapacidad es más antigua que la formación de los docentes. Son tres los grupos de la población con que se inició la obra de la educación especial: inadaptados sociales, sordomudos y ciegos; desde principios del siglo XIX en la capital se fundaron instituciones para su atención:
El Departamento de Corrección de Costumbres (1806);
La Casa de Corrección (1841);
El Asilo para Jóvenes Delincuentes (1850);
La Escuela de Sordo-mudos (1861),
y la Escuela de Ciegos (1870).
La sociedad civil organizada ha tenido una participación relevante en la atención de las personas con discapacidad. En México, en términos generales, en la historia de la filantropía se pueden identificar tres grandes periodos:
a) La Colonia, el establecimiento de la Beneficencia Pública;
b) El siglo xix, principalmente durante el Porfiriato, en que la participación ciudadana retomó fuerza dentro del desempeño de la Junta de Asistencia Privada.
c) El México moderno, en que la participación de la ciudadanía organizada dependió de diversas circunstancias sociopolíticas, pero durante el siglo xx, específicamente a partir de los años 50, se ha venido incrementando.
Muchas organizaciones educativas de la sociedad civil surgieron como resultado de la reunión de familiares o de las propias personas con discapacidad y se fortalecieron con la participación de especialistas y profesionales de distintos ámbitos. En ellas han operado diversos modelos de atención y de organización.
Primeras experiencias en la formación de maestros en educación especial
La primera institución que surge en nuestro país para formar maestros en el campo de la educación especial es la Escuela Normal de Sordo-Mudos, fundada en la Ciudad de México por el Ministerio de Justicia e Instrucción Pública el 28 de noviembre de 1867. Al tener carácter de normal, se proponía que los profesores aprendieran el sistema de enseñanza para sordo-mudos y que posteriormente se establecieran escuelas de este tipo en los diversos estados y territorios de la República Mexicana.
En los cursos impartidos, los futuros maestros aprendieron a enseñar: la lengua española escrita, los catecismos de moral y religión, aritmética, geografía, historia universal e historia natural, agricultura práctica para los niños, trabajos manuales para las niñas y teneduría de libros. El plantel albergó a 24 alumnos. Tanto la normal como la escuela de sordo-mudos quedaron bajo una misma denominación: Escuela Nacional de Sordo-Mudos.
La preocupación por atender a un sector de la población que debido a sus características no asistía a las escuelas, se puso de manifiesto durante el Congreso Nacional de Instrucción Pública, realizado entre el 1° de diciembre de 1890 y el 3 de marzo de 1891, donde se concluyó que era conveniente y necesario aumentar el número de escuelas especiales que tenían por objeto la educación de los ciegos, sordomudos y delincuentes jóvenes. Lo anterior cobró mayor relevancia en la Ley de Educación Primaria, promulgada el 15 de agosto de 1908. Sin embargo, la cuestión sobre la formación de los profesores que trabajaban en estas escuelas especiales quedó pendiente.
Al abrir más escuelas especiales, también existió la necesidad de una formación docente acorde con el desarrollo y los aportes de las disciplinas médicas, psicológicas y pedagógicas. En enero de 1925 se estableció el Departamento de Psico-Pedagogía e Higiene con la finalidad de que fuera la base científica para el conocimiento de la población escolar urbana; de este departamento dependieron las escuelas especiales.
Con el tiempo, el Departamento de Psico-Pedagogía e Higiene Escolar se transformó en el Instituto Nacional de Pedagogía. Dicho instituto tuvo el propósito de hacer estudios e investigaciones de carácter científico, que sirvieran para conocer la realidad educativa mexicana y que permitieran proponer normas que facilitaran e hicieran más eficaces las actividades en las escuelas. Es así como de los estudios realizados en el Instituto sobre los “anormales infantiles” se obtuvieron seis tipos: niños con trastornos del lenguaje, niños duros de oído, niños débiles visuales, niños inválidos locomotores, niños epilépticos y niños tuberculosos. Además, el Instituto atendió tres escuelas de educación especial, un centro de higiene mental y una clínica de la conducta.
Para 1940 se consideró que las escuelas de “anormales físicos o mentales” debían proporcionar, en ciclos cortos, conocimientos generales y contar con planes de estudio, programas, métodos de enseñanza y organización particular; a pesar de los avances científicos en los servicios, quedó pendiente la formación de profesores en educación especial.
Creación de la Escuela Normal de Especialización en la Ciudad de México
En 1942 se aprobó la Ley Orgánica de la Educación Pública, que incluyó la Educación Normal de Especialización y las escuelas tipo de educación especial. En dicha ley se estableció como requisito para ingresar a la Normal de Especialización que los aspirantes hubieran cursado la educación normal para profesores de primaria, además de haber ejercido el magisterio dos años por lo menos. En este periodo se señaló como condición fundamental ser maestro con experiencia, considerando que ingresarían a un programa de especialización personas que, por haber desempeñado una práctica pedagógica con alumnos normales, adquirirían una formación técnica superior a la de los demás maestros. Esta capacidad técnica se avalaría con un crédito oficial, en función del cual podría aspirarse a un ingreso económico mayor que el resto de profesores, acompañado también de un alto reconocimiento social.
En septiembre de 1942, el Departamento de Estudios Pedagógicos de la Dirección General de Enseñanza Superior e Investigación Científica de la sep aprobó el plan de estudios para la carrera de Maestro Especialista para Anormales Mentales y Menores Infractores y, el 7 de junio de 1943, la Escuela Normal de Especialización (ene) inició sus labores, siendo director fundador el doctor Roberto Solís Quiroga. Según declaración del doctor Solís –uno de los principales impulsores de la educación especial en nuestro país–, fue necesario que se aprobara la creación de una institución formadora de docentes especialistas, quienes serían los encargados de atender a las personas que requerían de una educación especializada. Por ello, el primer Plan de Estudios de la normal se diseñó a partir del rescate de la práctica cotidiana que se realizaba en el Instituto Médico Pedagógico (1935), que pasó a ser un anexo de la Escuela Normal de Especialización en 1943; este instituto atendía exclusivamente a los “anormales mentales”, mismos que se seleccionaron con base en un diagnóstico médico, psicológico y social.
En 1945 se sumaron las carreras de Maestro Especialista en la Educación de Ciegos y la de Maestro Especialista en la Educación de Sordo-Mudos, en 1955 se incorporaron la de Maestro Especialista en la Educación de Lisiados y la de Maestro Especialista en la Educación de Débiles Visuales; en 1964 se separaron las carreras de Maestro en la Educación de Deficientes Mentales y la de Educación de Inadaptados e Infractores. Durante los primeros 20 años (1943-1962) de labor de la Escuela Normal de Especialización, su propósito y curriculum no presentaron cambios sustanciales.
La preocupación central al elaborar los planes de estudio era determinar qué técnicas debían aprender y aplicar los maestros de educación regular para desempeñar su función en educación especial. En consecuencia, la especialización de los profesores consistía, precisamente, en cursar ciertas materias a través de las cuales aprendieron técnicas específicas para enseñar a los alumnos con discapacidad.
Durante esta época, las materias que incluyeron los planes de estudio se modificaban a partir de la práctica docente y no como resultado de un análisis curricular; es decir, según los criterios y las recomendaciones de los docentes que impartían los cursos, se incluían u omitían cursos y contenidos.
En este periodo surgieron y se desarrollaron principalmente escuelas destinadas a la atención de niños con deficiencia mental. Sin embargo, también se identificaban cuatro situaciones que obstaculizaban el desarrollo de la educación especial:
1) la carencia de investigaciones que permitieran identificar el límite entre lo normal y lo patológico;
2) la falta de datos estadísticos precisos respecto al número de personas que requerían este tipo de educación, pues los que no presentaban un problema orgánico severo pasaban desapercibidos;
3) la carencia de personal especializado en la educación de estas personas, y
4) la falta de estrategias específicas de diagnóstico y de tratamiento.
Finalmente, en 1972, se creó la carrera de Maestro Especialista en Problemas de Aprendizaje.
Información obtenida desde la pagina web
http://normalista.ilce.edu.mx/normalista/r_n_plan_prog/especial/plan_...
Desde la Ciudad de las Montañas. Miguel Alejandro Rodríguez Valdez
Reportero de la Pirinola Radio en Monterrey.
2 comentarios:
fue de gran ayuda para mi trabajo final, gracias :)
se me hizo muy interesante la información, pero falta añadir todos los cambios que se han tenido en e.e a partir de la Reforma para la modernización Educativa en 1993.
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