Fuera del metro Allende, provenientes de diversas zonas de la Ciudad de México y de la Escuela Nacional de Ciegos, en la calle de Motolinia, un grupo de personas débiles visuales cantan música popular todos los días, animando al público y demostrando que no es necesario tener cinco sentidos para disfrutar de la vida y el arte.
Muchos de ellos estudian, aprenden braille, se apoyan unos a otros, y encuentran en el Centro Histórico el primer escenario urbano que conocen muchos.
Actualmente hay unas 15 asociaciones de personas ciegas en la zona, lo que impulsa a otros a desarrollar diversas actividades, con la finalidad de enseñar a otros como ellos, que la discapacidad visual no es impedimento para una vida productiva y feliz.
Además, muchos aprenden humanidades o masoterapia, ya que es la única carrera que imparte la Escuela Nacional de Ciegos.
La apertura en 1989 de la sala de invidentes de la Biblioteca México, (Actualmente, su acervo de mil 500 volúmenes en braille) y 700 grabaciones, tiene unas 10 mil visitas anuales (dos mil usuarios recurrentes). Las actividades culturales y la reciente instrumentación del servicio de cómputo, están atrayendo a más usuarios.
Ésto explican la presencia de esta comunidad en el centro de la ciudad más grande del mundo que nos anima diariamente mientras caminamos presurosos al trabajo.
Muchos de ellos estudian, aprenden braille, se apoyan unos a otros, y encuentran en el Centro Histórico el primer escenario urbano que conocen muchos.
Actualmente hay unas 15 asociaciones de personas ciegas en la zona, lo que impulsa a otros a desarrollar diversas actividades, con la finalidad de enseñar a otros como ellos, que la discapacidad visual no es impedimento para una vida productiva y feliz.
Además, muchos aprenden humanidades o masoterapia, ya que es la única carrera que imparte la Escuela Nacional de Ciegos.
La apertura en 1989 de la sala de invidentes de la Biblioteca México, (Actualmente, su acervo de mil 500 volúmenes en braille) y 700 grabaciones, tiene unas 10 mil visitas anuales (dos mil usuarios recurrentes). Las actividades culturales y la reciente instrumentación del servicio de cómputo, están atrayendo a más usuarios.
Ésto explican la presencia de esta comunidad en el centro de la ciudad más grande del mundo que nos anima diariamente mientras caminamos presurosos al trabajo.
Fuente: Km. Cero.
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