lunes, 3 de febrero de 2014

Jugador Sordo en el Super Bowl


Super Bowl: Coleman, la superación del jugador sordo

Sin los discretos aparatos situados detrás de sus orejas desde que tenía tres años, Coleman apenas escucha un dos en una escala de diez. Con ellos, un ocho, pero con el sudor y los golpes en el casco, lo normal es que sea un seis de diez, según su propio baremo.
"Cuando Derrick llegó, algunos lo veían quizás como una limitación, pero una vez que lo vieron trabajar duro, se dieron cuenta de que para él era una oportunidad", dice su compañero Russell Okung.

Coleman, de 23 años, no es una estrella a la altura de Wilson o de Peyton Manning, el quarterback de los Denver Broncos, rival de los Seahawks, pero su historia de superación ya ha inspirado un anuncio de gran éxito en Internet (http://dpaq.de/2IeIo), tanto como su intercambio en twitter con una niña sorda.

Jake Kovalcik, padre de dos gemelas con problemas auditivos, publicó en twitter la carta que las pequeñas de nueve años escribieron a Coleman, al que definen como "inspiración".

"Hazlo lo mejor que puedas", le animaron. Coleman también escribió a mano la carta, como las niñas, y la publicó igualmente. "Aunque necesitemos ayudas para oír, aún podemos cumplir nuestros objetivos y nuestros sueños", les alentó el tercer jugador sordo en actuar en la liga de fútbol americano (NFL) y el primero en disputar el Super Bowl.


La pérdida de audición que se le diagnosticó cuando apenas era un niño por causas aún desconocidas le obligaron a trabajar más duro. Desde su posición como profesional de la NFL, y más en un Super Bowl, se ha eregido en portavoz de la comunidad sorda.

"Todo lo que yo haga les va a afectar en términos de percepción. Lo que estoy haciendo ahora, tener la oportunidad de jugar para Seattle Seahawks y jugar en el Super Bowl, supone decir a la gente con problemas auditivos que puede lograrlo", explicó esta semana en Nueva Jersey, sede el domingo de la final.

"Todo el mundo tiene problemas, pero podemos hacer lo que queremos hacer", señaló el joven, cuya sordera fue vista por muchos en ocasiones como un problema.

No por los Seahawks. "Hace su trabajo de forma impecable", dice de él su técnico, Pete Carroll, que afirma que su capacidad de leer los labios puede ser incluso una ventaja. Cuando estaba en el instituto, sus entrenadores trataron de sacarle incluso más partido para detectar las jugadas de los oponentes.

La pena para Coleman es perderse parte de una de las señas de identidad de los Seahawks: su ruidosa afición, capaz de generar con sus saltos y gritos una energía equivalente a la de un terremoto de magnitud dos en los partidos disputados en Seattle.

"Oigo lo fuerte que es, pero no exactamente cuánto. Sé que están gritando, puedo oirlos hablar", dice. Coleman bromea por no tener el "problema" de sufrir el ruido de sus hinchas.

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